RUTINAS hasta en la sopa (PARTE 1).

Reunión del primer trimestre de la "clase de los peces", la profesora nos explica: "...claro, es que si en casa van saltando por encima de las sillas, cuando llegan a clase hacen lo mismo...". Yo bajo la cabeza y hago como que miro el móvil, intento disimular pero es demasiado tarde, ya me he puesto roja. Lo dice por mi, estoy segura. ¿Pero cómo podía ella saberlo?. Ya está, Joanna se ha debido chivar de mi a su maestra: "... seño, seño es que mi mami sí que me deja saltar en la cama y en el sofa..." Oh Dios! Seguro que ya estoy en la lista negra de las madres consentidoras!!!

Intento reponerme, tengo que seguir prestando atención o se me va a notar demasiado. La profe sigue su discurso: "... los niños necesitan normas, límites y rutinas...". Yo hago cara de estoy-totalmente-de-acuerdo esperando a que pasemos de una vez al siguiente punto.

Sí, tiene razón en todo lo que ha dicho, ya lo sé. A mi jamás me dejaron, y para un día que me puse a hacer volteretas a escondidas en el sofá, acabé con un corte en el pié después de caer encima de un juguete de mi hermano. Cierto es que nunca he sido yo muy hábil físicamente. Y bueno, Joanna tiene sus normas, sus límites y sus rutinas, pero... es que EL BED JUMPING ES TAN DIVERTIDO!.
Ver a mi loca saltar en la cama con el pelo suelto y esa cara de felicidad es todo un espectáculo al que, de momento, no quiero renunciar.

Yo aún tenía otro tema que solucionar, otra rutina: la del "pelo-muelle-enredado" de Joanna. Sí, sí, porque resulta que el pelo rizado requiere de una rutina, que además varía para cada persona. Se trata de encontrar los productos adecuados, el número de lavados, etc... que hacen que el cabello rizado tenga una estabilidad, esté sano y se vea bonito. Dejo para muestra un botón, por si algun@ no se lo acaba de creer.

OH MY CURL!

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