jueves, 25 de julio de 2013

Clases de peces.


Joanna va al cole de delante de casa. Una escuela pública. La misma a la que fuimos su padre y yo. Como ya he contado, este ha sido su primer año de colegio y ella y sus compañeros votaron en asamblea ser la “clase de los peces”. En su clase hay muchos y muy diferentes tipos de “pececillos” y nosotros estamos encantados, porque Joanna va a tener la oportunidad de crecer y aprender junto a compañer@s de diferentes razas y culturas.

Los padres tenemos también la suerte de poder participar en primera persona en las clases de nuestros hij@s, mediante talleres que se realizan en el cole. Es un verdadero gustazo entrar en su aula y bucear por ese pequeño océano de colores y sonrisas. Yo, que aún recuerdo mi clase de parvularios, y hasta el día en que me corté el pelo con las tijera de papel... Me parece increíble estar ahora ahí, siendo yo el adulto, intentando enseñarles algo y compartiendo con ellos ese maravilloso ratito.


Como decía, algunas familias llegaron desde mares lejanos, supongo que buscando mejores aguas donde criar a sus "pezqueñines". Noor es hija de hindúes, llega al cole siguiendo una larga fila de primos y hermanos capitaneada a veces por un tío, a veces por su madre. Todos llevan los ojos perfilados de negro. Los padres de Yassir son árabes. También los de Safa, su madre y yo bromeamos porque ella y Joanna tienen el mismo pelo rizado, aunque Safa lo lleva mucho más cortito. En la clase de al lado, la de "los cocodrilos", hay un niño chino, su padre llega siempre en su "superbicleta" y con cara de prisas porque se le ha hecho tarde...

Y así hasta un 25% de niñ@s del colegio pertenecen a familias extranjeras, procedentes de muy diversas nacionalidades, cada cual diferente, cada cual especial. Aunque la convivencia no siempre es fácil, los niños lo consiguen, sin esfuerzo, desde su espontaneidad y con la libertad que les proporciona su falta de prejuicios. Así que pensándolo mejor, quizá seamos nosotros, los adultos, los que tenemos que aprender algo de nuestros hijos.

A mí, como siempre inmersa en mi "mundo-curly",  no deja de maravillarme cómo las niñas de otras razas lucen sus largas melenas rizadas como si nada. Me explico, me da la sensación de que a sus madres no les cuesta nada batallar con esos pelazos. Desde luego que su cara, a las 9 de la mañana, en la puerta del cole, NO es la de "me he tirado 15 minutos para desenredar", la mía SÍ. Sé que los rizos son diferentes para cada raza, que hay muchos tipos y que cada uno requiere de unos cuidados concretos. Aún así, siempre me pregunto cómo lo harán, aunque claro, ellas me sacan unas cuantas generaciones de ventaja… Quizá algún día me atreva y les pida que me lo expliquen.

OH MY CURL!





1 comentario:

  1. Siempre puedes abrir un grupo se Fb para madres primerizas de hijas con el pelo rizado.;)

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