martes, 2 de julio de 2013

De cuando me creí alquimista.

Vale, tuve que admitirlo, la había fastidiado pero bien. Con tanta prueba de anti-frizz, lo único que conseguí fue que ECZEMA (ya sabes, nuestro archienemigo) volviera. Entonado el mea culpa y cabezota en el empeño de no volver a usar los dichosos corticoides en la cabecita de mi niña, se me ocurrió una genial idea: BUSCARLO POR INTERNET. Y lo hice. Y me volví loca. Tal exceso de información no es bueno, y menos para madres cansino-obsesivas como yo.

Intenté centrarme en el tema y tecleé en Google: "como cuidar pelo rizado" y "curly hair". Leí en foros y blogs, y me vi tutoriales enteritos, más y menos profesionales en Youtube.
De esos días de "googlear" saqué dos conclusiones: 1. Que no era la única loca, 2. Que tenía que ponerme las pilas con el inglés.


Al final me quedé con la opción de tratar el pelo de Joanna con aceites naturales, aloe vera y alguna que otra cosilla más...
Ahí fue cuando cambié el supermercado por la herboristería. Llené mi bolsa con aceites de coco, de jojoba y de oliva-sésamo. También cayeron un gel de Aloe Vera (ecológico, que una tiene un nivel) y semillas de lino (sí, semillas de lino, ¿qué pasa?).


La cosa consistía en aplicarle el aceite directamente en el cuero cabelludo, hacerle un masaje, ponerle un gorro de baño y dejárselo puesto, al menos una hora, antes de lavarle el pelo. RESULTADO: bastante bueno en realidad, pero un rollazo. Jugar con un gorro de natación puesto es divertido la primera vez, pero Joanna se acabó cansando. Así que el invento duró poco tiempo.


La otra idea consistía en hacer una gomina natural a base de semillas de lino hervidas y aceites. RESULTADO: Un "moco-blandiblú" que le dejaba el pelo sucio. Aunque, sinceramente, a mí me gustó aquello de decirle a la gente: "... no, la gomina se la hago yo casera...", "...sí, sí con semillas de lino...". Vacilé durante un par de semanas y luego... bye-bye.


Y para finalizar, el mejunje de los mejunjes. Aquello parecía más obra de un alquimista que de una madre en apuros. Qué horror, me había convertido en la bruja del cuento, haciendo pociones: 40% de gel de aloe vera + 40% de aceite de jojoba + 20% de agua destilada. Todo metido en una botella con spray y bien mezcladito. RESULTADO: 39% de gel de aloe vera + 39% de aceite de jojoba + 19% de agua destilada, A LA BASURA.

Tres intentos, tres fracasos. Lo que no sé es como aún me queda moral para contarlo. Bueno sí lo se... porque por fin lo he conseguido (o eso creo).

OH MY CURL!
















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