Bueno pues resulta que funciona. Desenreda sin apenas dar tirones. Y eso en la selva amazónica que tiene mi hija por pelo pues es de agradecer. ¿Qué cual es el problema? ¿Cual va a ser? Pues que ahora el Sr.Peine se va a convertir en algo absolutamente indispensable para nuestra existencia (la mía y la de mi nana). Hasta ahora habíamos sobrevivido sin él, pero a partir de este momento estamos perdidas: LO NECESITAMOS!
Por eso decía que me había puesto a filosofar, pensando en todas esas cosas que, de repente, se convierten de la noche a la mañana en absolutamente indispensables para nuestro día a día. Aunque me da a mí la sensación de que éste extraño síndrome es más de mujeres. No me imagino a ningún hombre pensando: "Como dejen de hacer este corrector de ojeras me da un patatús". Porque la cosmética es el mejor ejemplo. Si encuentras un maquillaje que te va perfecto, es tu tono, te dura todo el día... y te ves guapísima-de-la-muerte con él, rezas interiormente para que NUNCA dejen de venderlo, o no?
También nos pasa con la ropa: las botas que pegan con todo, el bolso del tamaño justo para colocar todos tus tratos, el vaquero que te sienta tan bien... Incluso con los libros también ocurre lo mismo. Yo no los he leído aún, pero estoy segura de que más de una necesita su dosis de "SOMBRAS" para animarse... Sí, definitivamente ésto es más de mujeres. Yo por si acaso me voy a comprar un par de SuperPeines de repuesto... no sea que se agoten.
OH MY CURL!
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