Me considero una fanática del pelo afro. Mis cuatro pelillos medio lacios, medio ondulados nada tienen que ver con con esos maravillosos rizos que lucen algunas afortunadas. No lo puedo evitar, lo siento, no puedo, pero es ver a alguien con pelo afro y me quedo mirándol@. Me encanta y... que envidia!!! Incluso en algún momento de locura de juventud me hice una permanente con el pelo corto, creyendo, pobre de mi, que me iba a convertir en Lauryn Hill de The Fugees. No voy a comentar el resultado, pero algunos aun hoy me siguen llamando "Wopper", en alusión a un anuncio de hamburguesas en el que gritaban por un MICRÓFONO.
Da la casualidad que me marido tiene una prima, con el pelo rizadísimo. Así que cuando me quedé embarazada no paraba de pedir: "Que tenga el pelo rizado, que tenga el pelo rizado, que tenga el pelo rizado...". Y llegó Joanna, mi amor, con dos kilitos y medio y con el pelo tan liso que la matrona al nacer me dijo que llevaba el mismo corte de pelo que yo. Luego ese pelito-pelusa empezó a caer y el nuevo pelo tardó bastante en llegar. Después del bañito se empezaba a intuir una ligera ondulación, pero no quería yo emocionarme tan pronto, bueno en realidad si quería!
Hoy Joanna tiene casi cuatro años, y un maravilloso pelazo rizado, que nos encanta a las dos. Sí a ella también. Resulta que mi bebé se ha convertido en una presumida princesa con largos tirabuzones, y las dos llevamos casi cuatro años aprendiendo a lidiar y a disfrutar de su maravillosa melena rizada. Y de este tiempo ha surgido la idea de crear este blog, sin más intención que la de compartir nuestras historias y contar nuestras curly-experiencias.
OH MY CURL!
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