Con dos años a mi chica los tirabuzones le tapaban ya las orejitas, cambiamos el peine de bebé por uno de púas de mayor, pero no era suficiente, la cosa empezaba a ponerse divertida. Al final me vi frente a la estantería de la droguería del supermercado leyendo uno a uno todos los productos para pelo rizado, convenciéndome de que encontraría el producto perfecto.
Y bueno, lo encontré, o eso creí. Casi durante un año utilizamos una acondicionador en crema sin aclarado para cabellos rizados "tan suave que lo puedes usar todos los días" (Tresemme). Sólo se lo aplicaba los "días de pelo" para desenredar. Por las mañas para peinar: un "chuf-chuf" de agua y un poco de "apretar-apretar" los rizos era suficiente.
Entretanto, el pelo sigue creciendo y el bebé se convierte when the repente en una niña-princesa-hiperpresumida, encantada con su melena rizada (ya tapando el cuello). Pero claro, en toda historia de princesas que se precie aparece una bruja o un malo. En la nuestra se llama ECZEMA y es nuestro archienemigo.
OH MY CURL!
No hay comentarios:
Publicar un comentario