viernes, 17 de abril de 2015

¿Puedes enamorarte de una camisa amarilla?

Sí, puedes.

¿Y por qué?

Porque cuando la viste en el H&M te gritó desde la percha: - Cómprame! Llévame a tu casa! Cuélgame en tu armario! Combíname como te apetezca, soy para ti!

Porque la coges sin mirar el precio, sin probártela, no te hace falta, sabes que te quedará bien. Estás convencida de ello.

Porque llegas a casa y te la pones y te miras con satisfacción ante el espejo, orgullosa, porque has acertado y efectivamente te queda bien, te queda muy bien (las abuelas en este momento narcisista sobran).

Porque es amarillo chillón, sí, con un par, suave, larga, ancha, cómoda...

¿Y por qué no?

También nos enamoramos de una sonrisa, de un lugar, de una puesta de sol, de un libro o una peli. Todos llevamos una canción en el corazón.

Porque al final ¿de qué nos enamoramos? Pues de aquello que nos hace sentirnos bien y un poco especiales.

Así pues, mi camisa y yo hemos comenzado nuestra hermosa relación que espero dure mucho tiempo, yo he prometido lavarla con detergente del bueno y ella no arrugarse mucho.

This is love!

1 comentario:

  1. Jajaja! Buenísima forma de ver la vida y las "relaciones"
    Me encantas tú y tu camisa amarilla.
    Esto, esto es la vida: VIDA, una palabra que siempre debe ir unida a FELICIDAD!!
    😍😘

    ResponderEliminar