Y de repente ocurre. No sabes cómo ha pasado, no ves nada, solo ruido y confusión. Reaccionas, sigues sin poder ver, pero puedes hablar. Te entra el pánico. ¿Estás bien? Y la otra persona te contesta ¿Yo sí, y tú? Respiras. Te duele todo, no puedes moverte. Comienzas a ver algo, y entonces alguien te coge de la mano. No le conoces pero te pregunta cómo estás y te dice que no te muevas y que no te preocupes, que ya han llamado a la policía y a la ambulancia. No te vayas por favor... le dices tú.
Sigues más preocupado por el de al lado que por ti mismo. Pero oyes como los de la ambulancia le bajan y puede andar. Luego te bajan a ti. La persona que te sostiene la mano sigue ahí. Ahora más dolor y el fuerte sonido de la sirena de la ambulancia. Llegáis al hospital. Te sorprende como tu acompañante, aún con el shock del accidente, te lleva en la silla de ruedas y explica lo ocurrido entregando los papeles en el mostrador.
Tienes mucha suerte y la enfermera te trata con cariño, como si te conociese. Las malas noticias vuelan. Enseguida llegan familiares. Lloráis de pena y de alegría. Todas las pruebas salen bien. Queda el dolor del golpe. El dolor y el miedo. El por qué y el cómo. El soñar una y otra vez con el momento. El pensar lo que hubiera podido pasar. Culparte, aunque nadie más lo haga. Las visitas te emocionan y te hacen reír.
No eres creyente, pero das las gracias. A quien sea, eso da igual. Mañana es Nochebuena y la pasarás con tu familia... cenando lo de todos los años.
FELIZ NAVIDAD A TOD@S
Dedicado a mi madre y a mi prima. Vaya susto! Os quiero.